Agro Premiun S.R.L.

ANALISIS DE PRODUCTOS

Martes, 09 Febrero 2021 17:28

PREVIA USDA FEBRERO 2021

El martes próximo el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publicará su nuevo informe mensual con las estimaciones sobre oferta y demanda de granos en el nivel mundial. Dada la celeridad de las ventas de soja y de maíz, la atención del mercado estará puesta sobre eventuales incrementos en las respectivas cifras de ventas externas y en su impacto sobre el nivel de las existencias finales estadounidenses. Asimismo, con el inicio de la cosecha de soja en Brasil, los operadores seguirán con atención las cifras que el organismo proyecte sobre la campaña de granos gruesos en Sudamérica. Como sucede en la previa de cada trabajo oficial, los privados difundieron sus propias cifras que, tras ser relevadas por la agencia Reuters, ofrecemos a continuación:

SOJA

Stock final en Estados Unidos (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

3,35

2,86/3,81

3,80

14,28

 

Producción en Brasil (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

132,77

129,00/134,50

133,00

126,00

 

Producción en la Argentina (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

47,64

46,00/48,50

48,00

48,80

 

Stock final en el mundo (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

83,30

78,00/85,60

84,31

95,39

 

MAÍZ

Stock final en Estados Unidos (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

35,36

28,14/38,48

39,42

48,76

 

Producción en Brasil (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

108,40

105,00/110,22

109,00

102,00

 

Producción en la Argentina (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

47,03

44,50/47,50

47,50

51,00

 

Stock final en el mundo (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

279,79

270,50/287,60

283,83

303,01

 

TRIGO

Stock final en Estados Unidos (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

22,70

21,96/23,51

22,76

27,99

 

Stock final en el mundo (en millones de toneladas)

Promedio

Privados

Rango

Privados

USDA

Enero

USDA

2019/2020

312,86

310,00/316,10

313,19

300,09

 

De acuerdo al último Informe de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (DIYEE), «en lo que va de enero, se anotaron 3,1 millones de toneladas de trigo 2020/21 para venta al exterior. De esta manera, sumado a lo que se tenía declarado hasta diciembre (5,5 millones), se alcanzaron las 8,6 millones de toneladas». Considerando que las exportaciones proyectadas para la corriente campaña se ubicarían en 10 Mt, ya se lleva comprometido para enviar al exterior un 87% del total estimado. «Esto se encuentra por detrás de lo ocurrido el ciclo anterior, en el que, como se mencionó en informes anteriores, el clima de incertidumbre política y económica generado por las elecciones presidenciales de 2019 impulsó un acelerado nivel de comercialización externa del cereal por adelantado, y para fines de enero se llevaba vendido el 100% del total estimado a exportar. Sin embargo, la marca aún supera el promedio del 44% que se llevaba anotado a la misma altura del quinquenio 2014/15 – 2018/19», aclaran los investigadores.

 

Por otra parte, el tonelaje efectivamente despachado a través de las terminales portuarias del país presenta un marcado atraso en comparación a años anteriores. «Tomando los embarques acumulados hasta enero en las diferentes campañas como proporción de las DJVE hasta el mismo momento, en el ciclo 2018/19 se había embarcado un 69% de lo declarado, un 48% en 2019/20, mientras que actualmente solo se lleva embarcado un 26% de los 8,6 Mt anotadas en las DJVE», mencionan.

Esto responde a tres causas principales. En primer lugar, la muy marcada caída en la producción de trigo de las regiones centro y norte de nuestro país, que corresponda a su vez a las zonas donde primero comienzan las actividades de trilla y por tanto de donde se obtienen los lotes que usualmente se embarcan entre fines de noviembre y diciembre. En segundo lugar se tiene el retraso que generó a la logística los conflictos gremiales en las terminales portuarias y el Complejo Industrial Oleaginoso nacional profundizado entre el 9 y el 29 del último mes de diciembre. Hasta el 7 de enero no hubo posibilidad de cargar los buques en las terminales. Y finalmente, la muy buena producción de trigo de Australia en la presente campaña. En efecto, en las últimas dos campañas la producción de trigo australiano se vio muy afectada por una severa sequía, lo cual redujo sus saldos exportables.

De esta manera, los países del sudeste asiático (Indonesia y Tailandia en particular), que usualmente importaban trigo del país oceánico, debieron buscar otras fuentes de abastecimiento y se decantaron por realizar grandes compras de trigo argentino, especialmente en los primeros meses de la campaña comercial de nuestro país. Esta situación se ha revertido en la corriente campaña, dado que la producción del cereal en Australia este año se estima como la segunda mayor de la historia, por lo que los países de dicha región de Asia han retornado a su abastecedor originario del cereal, en detrimento de los despachos desde nuestro país.

En lo que respecta al nivel de comercialización interna de trigo, «en las últimas semanas han repuntado los negocios del cereal (1,7 Mt en lo que va de enero, máximo para igual período desde 2016/17), pero no se aprecia un aceleramiento en las ventas de la misma magnitud que ocurre con las DJVE», señalan desde la BCR. Y agregan que: «Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente respecto del nivel de comercialización por anticipado registrado en la campaña 2019/20, comparado con las campañas previas a la misma fecha se observa un menor volumen comercializado en términos absolutos, pero que, sin embargo, considerado como proporción de la producción se encuentra en línea con lo ocurrido hasta la campaña 2018/19».

 

Por otra parte, «en relación al consumo interno de trigo, la molienda del cereal cerró el 2020 con un total procesado de 6 Mt, un aumento del 0,4% respecto del 2019», menciona el estudio. Sin embargo, analizando la molienda mensual, se puede apreciar cómo, tanto en noviembre y, particularmente, diciembre, se registra una caída respecto a igual mes del año anterior, de un 12% y un 18% respectivamente. «El recorte de la producción y las interrupciones a la logística granaria al cierre del año pasado explican esta caída, registrándose así el peor mes de diciembre en granos molidos desde el año 2013», afirma.

 

En cuanto al panorama internacional, actualmente el foco está puesto sobre el nuevo impuesto a la exportación de trigo aprobado esta semana en Rusia. Ya en el mes de diciembre Rusia anunció la implementación de un impuesto a las exportaciones de trigo de unos US$ 25 /t con vigencia desde el 15 de febrero hasta fin de junio. Sin embargo, la medida no logró conseguir los resultados deseados y desde fines de diciembre a la fecha el precio FOB de trigo en el principal puerto ruso fue el que mayor incremento presentó entre los valores FOB de los principales países exportadores. Ante esta situación, el gobierno ruso decidió aumentar esta última semana dicho impuesto en un 100%, por lo que pasará a ser de US$ 50 /t. Esta medida, que se viene rumoreando desde la semana pasada, podría haber influido sobre los valores FOB en estos últimos días, ya que el precio FOB de referencia ruso bajó de 300 dólares por tonelada a US$ 295 /t.

Las consecuencias sobre la oferta global del cereal de la medida rusa han apuntalado a los mercados en los primeros días de esta semana. De hecho, luego la fuerte caída registrada en el Mercado de Chicago la semana pasada (el viernes 22/01 el futuro con cotización más cercana cerró en US$ 233,3 /t, un 6% por debajo del cierre del viernes 15/01), los precios recuperaron gran parte del terreno cedido, y el martes de esta semana alcanzaron los 244,3 dólares por tonelada. De todas maneras, las cotizaciones volvieron a caer en los días subsiguientes, presionadas por las nevadas ocurridas en las planicies estadounidenses que lograron mejorar las perspectivas del cereal en ese país, y finalizaron el jueves en US$ 237 /t.

BCR News

Este año la economía argentina tendría una inyección de u$s10.000 millones adicionales gracias a las subas internacionales de los precios de los commodities. Según las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario la agroindustria aportaría en 2021 alrededor de u$s35.900 millones en divisas y unos u$s8.500 millones en concepto de retenciones. Valores que plantean un escenario ideal para el mediano plazo. Luego de un 2020 por demás magro en el ingreso de divisas del campo que aportó poco más de u$s25.000 millones, este año las proyecciones iniciaron con el pie derecho o en realidad con la mirada puesta en la fenomenal escalada que experimentaron la soja, el maíz y el trigo. Pero eso no es todo porque la suba de las cotizaciones internacionales también llegó en una campaña en la que la falta de precipitaciones recorta las estimaciones de producción y a pesar de la caída de las cosechas se espera un ingreso de divisas récord.

Según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el caso del trigo, el valor de las exportaciones proyectadas para la 2020/21 alcanzaría u$s2.570 millones de dólares, unos u$s85 millones más que en la campaña anterior. Si bien en términos de volumen la caída productiva reduciría los saldos exportables en un 16%, esto sería más que compensado con el aumento del precio promedio anual de exportación, que pasaría de u$s209 /t a u$s268 por tonelada.

En lo que respecta al maíz, lo proyectado para la campaña 2020/21 indica que las exportaciones del cereal generarían un ingreso de divisas de u$s7.340 millones, u$s2150 millones o un 42% más que en 2019/20. Al igual que lo que ocurre con el trigo, los precios promedio de exportación para la campaña crecieron 52%, por lo que la baja en el volumen exportable (6%) quedaría sobradamente compensada.

En cuanto al complejo soja, la principal industria exportadora del país, lo esperado para el ciclo 2020/21 es un incremento en el valor de las exportaciones de u$s 7.350 millones en comparación con la campaña anterior y alcanzaría un total de u$s22.500 millones, debido, fundamentalmente a los mejores precios percibidos por las ventas externas de todos los productos que componen a la cadena.

Además, desde la entidad bursátil rosarina detallan que el Estado recaudaría en materia de derechos para exportación un total de u$s8.500 millones, un 42% más que en 2019/20, y sería el mayor monto que ingrese a las arcas del tesoro por este concepto desde la campaña 2013/14. Dado que la soja y sus derivados son los productos que están gravados con una mayor alícuota y además son los que mayor valor de exportación tienen, no resulta sorpresivo que los productos del complejo sojero sean los que más aportarían a la recaudación total, con algo más de u$s7.000 millones.

Finalmente, la otra buena noticia es que gracias a la suba de las cotizaciones internacionales siguen muy activos los negocios por soja de la campaña pasada. Según las estimaciones oficiales, durante la ante última semana de enero, los productores vendieron más de 300.000 toneladas de grano de la campaña 2019/20, volumen poco habitual para esta época del año.

Todavía restan por venderse unas 10 millones de toneladas de la campaña pasada que están guardadas en los silos, de consolidarse esta tendencia habría un mayor liquidación de divisas en el primer trimestre del año que empalmaría a su vez con el ingreso de los dólares de la nueva campaña a partir de fines de marzo, principios de abril.

Ámbito Financiero – Yanina Otero

En 2020 las exportaciones argentinas de sorgo crecieron 43 por ciento respecto a la campaña anterior, pasando de 440.914 a 629.058 toneladas. Estuvieron lejos de las 1.062.197 toneladas exportadas en 2015, pero los conocedores del mercado afirman que existe una buena oportunidad para el cultivo en el mediano plazo, y todo indica que en la campaña 20/21 los productores se harán eco de esa oportunidad. Los datos preliminares de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el final de la ventana de siembra, indican que la superficie de sorgo crecerá este año de 750.000 a 950.000 hectáreas. Y la estimación es confirmada por quienes están en el negocio. “Es notable el incremento del área de sorgo en la campaña en curso. Las razones son principalmente comerciales: el margen bruto, los precios y la aparición de una demanda genuina, principalmente del mercado chino”, sintetiza Orlando Vellaz, gerente de Desarrollo de la empresa semillera Nuseed en diálogo con Clarín Rural.

Con él coincide Eduardo Cucagna, director y gerente general de Soytech, quien afirma que el sorgo está teniendo un resurgimiento como cultivo tanto para grano, por la sostenida demanda internacional, como para silo y forraje, debido a la producción más intensiva de carne y leche. “Todo indica que esta situación no es pasajera. Hoy el precio del grano no sólo se ha incrementado a niveles de la tonelada de maíz y a veces más, sino que su mercado es sostenido y permanente durante todo el año. También se realizan operaciones a futuro (forward), que hasta hace poco tiempo casi no existían”, detalla.

En efecto, el precio FOB del sorgo con entrega en enero y febrero es de 240 dólares por tonelada, contra 251 que se están pagando por el maíz.

Por su parte Rosalba Peman, vicepresidenta de la semillera cordobesa Oscar Pemán, suma a los fundamentos comerciales algunas razones agronómicas para el auge del cultivo. “La resistencia del sorgo a la sequía y las altas temperaturas y los beneficios que aporta al suelo por su sistema radicular y material vegetal de cobertura lo convierten en una alternativa excelente en planteos de siembra directa y aplicación de tecnología”, dice, y añade que en el caso de los sorgos destinados a pastoreo se ha incrementado la demanda de los de mayor calidad forrajera, como los BMR (baja lignina) y los sorgos fotosensitivos, ya que los planteos de producción más intensivos requieren de este tipo de forrajes de rápida producción de pasto y buen rebrote.

“Hay otro grupo de sorgos que se ha afianzado en el mercado, que son los sorgos sileros (para reserva forrajera), y en este caso se valora aquellos que suman una alta producción de grano, ya que permiten confeccionar reservas de alta calidad forrajera”, destaca Peman.

Vellaz afirma que el aumento de hectáreas sembradas viene acompañado por una mejora de la calidad del cultivo que se está realizando. “Estamos viendo que comienzan a producir sorgo productores agrícolas que lo cultivan de una forma más profesional, con más tecnología y en mejores lotes. Nos entusiasma ver que se vuelve a tomar al sorgo como un cultivo agrícola”, remarca.

En la misma línea, Cucagna dice que el incremento del valor como grano permite invertir más en la tecnología de producción como mejores semillas, mayor uso de fertilizantes y demás insumos, e incluso sembrarlo en lotes de mayor aptitud agrícola. “No olvidemos que el sorgo es excelente como cultivo en el esquema de rotaciones por su elevado aporte de materia orgánica a través del rastrojo remanente”, destaca.

Luego, el director de Soytech afirma que la genética está acompañando las necesidades de los productores tanto en materiales graníferos como forrajeros y sileros, aportando mayor productividad y calidad. “Ha habido avances importantes ya que se logró descubrir un gen natural que permite tolerar ciertos herbicidas que mejoran notablemente el control de las malezas, que es uno de los temas más delicados para el manejo de este cultivo”, detalla.

En este escenario de mejores precios y alternativas, la venta de semillas y la inversión en el cultivo en las últimas campañas ha comenzado a incrementarse, incluso en regiones alejadas de los puertos, y quienes forman parte de la cadena se muestran entusiasmados. “Apuntamos a alcanzar ciclos más adecuados con mayor tecnología, más potencial de rinde y adaptabilidad a regiones agroecológicas diversas”, asegura Vellaz.

El sorgo es un cultivo con historia en la Argentina. En el ranking global de exportadores el país alterna el segundo lugar con Australia, muy por detrás de los Estados Unidos, y en el ciclo 1970/71 llegó a cubrir 3,12 millones de hectáreas y alcanzar una producción de 8,1 millones de toneladas. Ahora, a ese pasado de gloria hay quienes quieren agregarle un presente y un futuro.

Rural – Clarín – Lucas Villamil

Las recientes lluvias aliviaron a muchos productores. Sin embargo, el agua sigue siendo la preocupación principal… y eso que no faltan otras. Retenciones, precios máximos, vaivenes en la cotización de los granos, dificultades financieras. Todo esto forma parte del devenir cotidiano de los productores argentinos. Sin embargo, saben bien que si no hay agua todo se hace más difícil. La sequía es lo que termina de definir el “poder de fuego” que tendrá un agricultor al final de la campaña. Sin “físico”, todo se hace más difícil. Con él, la cosa se aligera. Esta campaña gruesa, de días calurosos y cielos diáfanos, ha complicado algunos cultivos en ciertas regiones productivas del país. Al cierre de esta edición en todas las zonas esperaban más bendición hídrica. Algunas están mal, otras peor y también están las regiones que hoy surfean la ola, pero en todas requieren más lluvias. Clarín Rural armó un bosquejo con productores y asesores de distintas regiones para conocer de primera mano cómo están los cultivos y qué puede esperarse de aquí al cierre de la campaña.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), hay un saldo negativo de disponibilidad hídrica de los cultivos. “Para las 10 millones de hectáreas que conforman la región núcleo, esta ola de calor significa una pérdida aproximada de agua en el suelo de 7 a 8 milímetros diarios, por lo que la región núcleo perdió por evapotranspiración un valor cercano a los 30 milímetros que equivalen al 60 % de los acumulados recibidos en las últimas lluvias”, cuantificaron.

“Habrá pérdida de peso en el llenado de granos de maíz y se necesitan las lluvias este fin de semana para frenar este proceso”, advirtieron técnicos de Marcos Juárez. En soja de primera, “hay lotes con plantas estresadas”, dijeron desde la BCR. “Se necesitan lluvias urgentes superiores a 50 mm para continuar con el ciclo en forma más o menos normal”, agregaron.

Entre Ríos

En Entre Ríos los lotes están crujientes, y no solamente por las pocas gotas de esta campaña. “Venimos de dos campañas de seca, arrancamos ya con un déficit de 250-300 mm en 2019, que se profundizó en 2020, cuando precipitaron 650 mm de los 1100 promedio que ofrece esta zona habitualmente”, contó Carlos Flores, que siembra sorgo, soja y maíz en la zona de Rincón de Nogoyá y Gualeguay, en el centro-sur entrerriano.

Entre jueves y viernes, de Victoria hacia el oeste habían precipitado 40-60 mm, aunque en la zona más crítica (Paraje la Tacuara, Rincón de Nogoyá y parte de Gualeguay) sólo tenían 15 mm pero estaba como para seguir “bendiciendo”… perdón, lloviendo.

“Se dio un fenómeno parecido a lo que lo viví en Santiago del Estero, con una temperatura mayor a la humedad durante varios días, esto es, 38-40 grados y 25% de humedad relativa, parece Santiago o Chaco, ¡pero es plena Mesopotamia!”, lamentó Flores.

El trigo fue el primero que sufrió y apenas entregó 25 qq/ha cuando una media en años normales es de 35 qq/ha. Luego los cultivos de verano llegaron a sembrarse bien porque se aprovecharon unos milímetros puntuales, pero después las altas temperaturas y la falta de agua fueron complicando todo. “El maíz de primera ya está jugado, con suerte llegará a los 4000 kg/ha, esto es la mitad de lo que puede dar en un año normal, pensando que recibió 300 mm de los 800 por lo menos que necesita entre napa y lluvias”, relató Flores quien cree que lo van a terminar cosechando antes de la fecha habitual (fin de febrero primera quincena de marzo) para evitar que se “cocine”.

Ahora bien, a quienes les queda aún algo de tiempo para remontar el partido es a la soja (de primera y de segunda) y al maíz tardío. “La soja de primera sembrada en octubre está marcando chauchas y con alguna flor, si llueven 60-70 mm podría dejar de abortar flores y recuperar”, dijo Flores. Lo mismo para el maíz tardío. “Pero tiene que llover ya”, remarcó el productor entrerriano.

La Pampa

Desde Caleufú, en el norte pampeano, a 90km del límite con San Luis (al oeste) y a 100 de Córdoba (al norte) y 120 de González Moreno (Buenos Aires), la productora Lidia Carletto contó que “el girasol sufrió muchísimo la falta de agua y a eso se le sumó una granizada del tamaño de huevos de gallina que donde cayó hizo desastres”. De todos modos, los que se salvaron del granizo no van a tener muy buen rinde por la falta de agua. Desde junio hasta fines de diciembre que casi no llovió en la zona. Vale recordar que hoy en esa zona se siembra mucho menos girasol que antaño, producto de la cantidad de palomas que se llevan hasta el 60% de una cosecha. Muchos, dejaron de hacerlo.

En cuanto a las sojas de primera “sufrieron mucho y algunos tuvieron que resembrar, mientras que las de segunda porque enero fue el único mes que llovió acá desde el invierno, con 170 mm en General Pico y 100 acá, más al oeste, que sirvieron para abastecer cultivos, también sirvió al maíz, y perfiles”.

La falta de agua hizo que muchos sembraran el maíz recién en enero, con esas lluvias. “Pero a esta altura, y con este calor, acá, los maíces están pidiendo agua de nuevo, a diferencia de lo que puede suceder en General Pico o Alvear, más al este, donde los maíces llegan a tomar el agua de la napa, acá, está muy baja”, contó Carletto, quien apuntó que se espera, al menos entre 10-15% menos de rendimiento.

El girasol se cosecharía en marzo, la soja en mayo y el maíz, por haberlo sembrado más tarde, tendrá que esperar hasta agosto.

Hasta el momento de cierre de la nota no habían recibido ni una gota aún.

Sudeste bonaerense

Con base en Tandil, pero recorriendo campos en un abanico importante del sudeste bonaerense, Gastón Therisod, resumió el panorama en “el barrio”: “La foto de hoy es que está muy linda toda la costa (Necochea, Otamendi, Miramar), muy seco San Cayetano, Lobería y parte de Balcarce, se está secando Ayacucho, Rauch y Coronel Vidal, y entre Tandil y Azul los cultivos están muy lindos”.

“De punta a punta, casi todo está bien, pero no hay reservas, si sigue el tiempo así una semana más los cultivos se van a empezar a marcar”, apuntó Therisod.

En general, a diferencia del resto del país, la zona viene de una campaña fina de buena a excelente según de qué zona se trate. “Si entre febrero y marzo llueven 120 mm va a ser una muy buena campaña de girasol, una buena o regular campaña de maíz temprano, una muy buena de maíz tardío, también muy buena de soja de primera y de segunda”, apuntó.

“De Tandil y Azul hacia la costa, los maíces me animo a anticipar que van a andar por los 7000 kg/ha, en tanto que los tardíos, siempre que reciban esos 120 mm, van a andar por los 8000 kg/ha y las sojas de primera 2800-3300 kg/ha”, estimó Therisod.

En tanto que, para la zona de Rauch, Ayacucho, Las Armas, General Madariaga y Coronel Vidal, el asesor marcó que “la gruesa movió bien” aunque “los girasoles quedaron un poco desparejos porque les faltó algo de agua en noviembre-diciembre, pero están casi todos terminando floración y empezando llenado, las sojas de primera están recién floreciendo y las de segunda tardaron casi un mes en nacer”. “Creo que va a ser un año muy variable para el maíz temprano dependiendo de la profundidad de suelo y las lluvias localizadas, pero les hace falta entre 60 y 80 mm, los maíces tardíos vienen al límite y te diría que en los próximos 60 días necesitan 120 mm para andar bien”, dijo Therisod.

Para la zona de Tandil a La Dulce, San Cayetano, Lobería y Tres Arroyos, Therisod destacó que “como la fina allí no fue tan buena, y los trigos no se llevaron tanta agua, las sojas de segunda tuvieron buenos nacimientos”.

Santa Fe

El panorama de la gruesa arrancó con una primavera de perfiles casi a capacidad de campo en San Gregorio, bien en el sur de Santa Fe. Pero en los casos donde se sembró trigo el cultivo de invierno se llevó gran parte de la reserva hídrica. Eso hoy marca una diferencia fuerte entre la soja de primera y la soja de segunda. “La soja de segunda se ve deshidratada en una condición muy crítica y la de primera, que viene consumiendo agua del perfil no se la ve mal todavía”, contó el productor Andrés Aseguinolaza, quien confesó que “la última semana el sol estuvo bravísimo, con días agobiantes”.

“Del 1 al 10 estoy 8 de preocupado”, dijo Aseguinolaza el miércoles, durante su primer contacto con Clarín Rural. El viernes a la mañana, algo había cambiado el panorama, puesto el jueves llovieron unos 65 mm y se esperaban otros 50 para el fin de semana. Así y todo, explicó por qué estaba preocupado, sobre todo con la soja de segunda: “Después de muchos años haciendo soja-trigo/soja-maíz, este año, para no dejar tanto tiempo lotes a merced de las malezas, principalmente yuyo colorado, sacamos prácticamente la soja de primera de la rotación”.

Un 60% del rendimiento del maíz está hecho, de modo que para Aseguinolaza, en el peor de los casos van a andar en 50-60 qq/ha, pero estas lluvias permiten pensar en acercarse a los 80 qq/ha que se pueden lograr en la zona. Estas lluvias ayudan mucho a la soja. “Creo que vamos a redondear una buena campaña si se concreta este milimetraje en soja de primera y maíz, y para la de segunda va a faltar otro poco pero esto ayudaría mucho”.

Córdoba

“La lluvia de este jueves fue buena y pareja en el centro de Córdoba, entre 20 y 50 mm, con algunos lugares de 80 más cerca de la sierra, Es muy bueno porque los cultivos con esto se van a encaminar de nuevo, y si llueve algo más el fin de semana sería ideal para ya afianzar una proyección de una cosecha promedio normal”, “En general faltaba agua en toda la zona, venimos de un diciembre casi normal, pero un noviembre muy flojo con 60% de las lluvias normales, y ya veníamos mal de todo el invierno y la primavera, que nos dejaron con muy poca agua en los suelos al comienzo de la gruesa, que se atrasó un mes por este motivo”, contó el productor Iván Lubatti, que se mueve por la zona de Villa María, bien en el centro de la provincia de Córdoba.

La falta de agua hizo que casi no se sembrara maíz temprano, Lubatti calcula apenas un 5% en la zona. El resto son maíces del 15 de diciembre y enero. “Ese maíz tardío está bien, depende de las lluvias de este fin de semana, que permita emparejar los perfiles, porque, salvo en algunas zonas puntuales que recibieron lluvias en este tiempo, están faltando entre 70 y 100 mm”, contó Lubatti antes de los eventos del jueves a la noche.

La soja también está atrasada, recién formando chauchas, “vienen bien, pero no hay reservas, y ya estaba pidiendo agua”. “Históricamente, el mes que define la producción de soja es febrero, si tenemos un febrero normal, con dos o tres eventos de 30-40 mm, vamos a andar bien, si es de poca lluvia te destruye la producción, más teniendo en cuenta que tuvimos una primavera floja”, sentenció Lubatti.

¿Y el norte?

“Al que le toca (o le tocó), le toca”. Así definió la productora y asesora CREA en la zona de Charata, Chaco, y Santiago del Estero, María José Galdeano. A poca las distancia, hubo campos que recibieron 100 mm y otros que en el mismo periodo tuvieron 700 mm. “Pareciera como el clima o las nubes -dice en forma, casi de chiste- tuvieran memoria, porque ha llovido salteado, pero siempre en los mismos lugares”, dijo Galdeano.

La zona en cuestión es el suroeste chaqueño y el noreste santiagueño. Localidades como Avia Terai, Charata (en Chaco), Campo de Cielo y Sachayoj (en Santiago).

“El algodón que acá se siembra en noviembre está necesitando agua en esos lugares donde sólo llovieron 100 mm, también la necesita la soja que se siembra en diciembre, que está en inicio de floración y arranca con el período crítico en breve, finalmente el maíz, está en vegetativo, todavía no consume tanto pero hay algunos lotes donde se está acartuchando”, resumió Galdeano. El girasol, en tanto, ya se cosechó con rindes variables.

Vale recordar que es una zona que durante dos años seguidos tuvo excesos hídricos con inundaciones importantes.

los lotes chaqueños y santiagueños de maíz que todavía están en el período vegetativo no demandan tanta agua, contó la asesora María José Galdeano, pero consideró que las lluvias de este fin de semana serán decisivas para los cultivos de esa región.

los lotes chaqueños y santiagueños de maíz que todavía están en el período vegetativo no demandan tanta agua, contó la asesora María José Galdeano, pero consideró que las lluvias de este fin de semana serán decisivas para los cultivos de esa región.

En el norte, como en otros lugares, pero aquí más aún, la cobertura de la siembra directa es fundamental para conservar cada milímetro que precipite. “Nosotros medimos calidad de lotes por cantidad de cobertura, necesitamos por lo menos 8 toneladas por hectárea de rastrojo, y se nota, hace unos días veíamos lotes sin esa cobertura en donde la tierra suelta vuela y lastima las plantas generando mermas posteriores de rendimiento.

“Para el ciclo entero de verano se estima una necesidad de 600 mm, pero hay campos que apenas tienen 100 mm acumulados, les falta, pero si llueve este fin de semana estamos bastante a tiempo”, cerró Galdeano.

Si fuese un sitio de apuestas (donde paga más el evento que menor probabilidad tiene de suceder), la lluvia “pagaría” poco este fin de semana. Todos los pronósticos marcan precipitaciones para estas horas en casi todas las regiones productivas del país (algunas, de hecho, ya las tuvieron) durante la primer semana del mes de febrero. ¿Llegarán?

Rural – Clarín – Juan I. Martínez Dodda

Lunes, 01 Febrero 2021 17:06

PANORAMA AGRICOLA SEMANAL al 31/01/2021

 

Tras las fuertes bajas de la semana anterior, generadas por la toma de ganancias de los fondos de inversión, el mercado retomó la senda alcista, con el maíz al tope de las subas, al crecer más del 9% gracias a compras chinas que ya entraron en la historia y que pusieron más presión sobre las existencias estadounidenses. Las mejoras superaron el 4% para la soja y para el trigo. Lo vivido en las últimas dos semanas, y la volatilidad que puede sobrevenir, ratifican la necesidad de diseñar estrategias de comercialización concienzudas cuando los valores vigentes siguen en niveles históricamente altos. Aunque mucho más modestas, las mejoras externas tuvieron réplicas en el Matba Rofex sobre el maíz y la soja, pero no para el trigo, mercado que vio una súbita caída del valor FOB en los puertos argentinos.

Indicadores exógenos que impactan sobre los precios

 

Viernes 29

Viernes 22

Variación en %

Petróleo

50,00

52,27

-4,34

Dólar/Euro

1,2138

1,ariación2167

-0,24

Real/Dólar

5,4786

5,4765

-0,04

Peso/Dólar*

87,13

86,37

+0,88

* Tipo de cambio Comprador (cotización divisa) del Banco Nación.

SOJA

El balance de la semana resultó positivo para el valor de la soja argentina disponible, dado que las propuestas de las fábricas crecieron de 325 a 330 dólares por tonelada (de 28.070 a 28.753 pesos) para la zona del Gran Rosario. Para los puertos del sur no hubo ofertas por grano con entrega inmediata.

Para el viernes el FAS teórico de la soja fue calculado por el Ministerio de Agricultura de la Nación en $ 30.386, mientras que para el inicio de la nueva semana comercial, fue fijado en 30.581 pesos. En el cierre de semana, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) relevó el FAS teórico de la soja para la industria aceitera exportadora en 347,30 dólares por tonelada, equivalentes a 30.284 pesos. El valor FOB del poroto de soja en los puertos argentinos pasó de 536 a 556 dólares por tonelada; el del aceite, de 1000 a 1025 dólares, y el de la harina, de 491 a 493 dólares por tonelada, según los datos publicados por Agricultura. En el Golfo de México la variación semanal del FOB del poroto de soja fue de 519,41 a 537,14 dólares por tonelada.

La firmeza vista para el grano disponible no se replicó en el segmento de ventas anticipadas de la cosecha 2020/2021, para las entregas entre abril y mayo. En efecto, para la zona del Gran Rosario las propuestas de los interesados se mantuvieron en 320 dólares por tonelada, mientras que para Bahía Blanca se registró una baja de 325 a 320 dólares y para Necochea, de 320 a 318 dólares. Las lluvias registradas sobre el cierre de la semana y la previsión de nuevos aportes en los días siguientes le restaron sostén al valor de la soja nueva.

En el Matba Rofex las subas externas se reflejaron en forma muy parcial, dado que lo ajustes de las posiciones marzo y mayo de la soja sumaron un 0,31 y un 2,21%, luego de pasar de 325 a 326 y de 316,50 a 323,50 dólares por tonelada.

En su informe semanal sobre carga de buques programada, la BCR indicó que entre el 27 de enero y el 1º de marzo deben salir desde el Gran Rosario 45.000 toneladas de poroto, 1.130.290 toneladas de harina y 132.100 toneladas de aceite; desde Bahía Blanca, 10.250 toneladas de harina y 14.000 toneladas de aceite, y desde Necochea, 48.000 toneladas de harina.

Respecto de los cultivos, el jueves la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) estimó en 46 millones de toneladas el volumen de la cosecha argentina de soja 2020/2021, por debajo de los 46,50 millones proyectados en septiembre último por la entidad; de los 47 millones previstos por la BCR, y de los 48 millones calculados por el USDA en su último reporte mensual. La BCBA dio por finalizada la siembra y confirmó que se cubrieron 17,2 millones de hectáreas. “Durante la semana pasada, gran parte del área agrícola registró temperaturas por encima de la media y una limitada oferta hídrica, siendo los Núcleos, el centro-este de Entre Ríos y el centro-norte de Córdoba las regiones más afectadas. En estas regiones se relevaron abortos florales y un escaso crecimiento, mientras que los cuadros más adelantados se encuentran en su periodo crítico de formación de vainas (R3)”.

En cuanto a la zona núcleo, el jueves la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR indicó que en plena fructificación de la soja, la región sufrió intensas condiciones de desecación. “Las lluvias del 24 al 27 de enero solo alcanzaron a aliviar una pequeña porción del centro y del norte de la zona. En esta semana se observó acartuchamiento de hojas, plantas estresadas, amarillamiento de hojas inferiores, pérdida de flores y vaneo de vainas. Los daños más importantes están en el este cordobés, en el sudeste de Santa Fe y en gran parte del norte bonaerense. Se trata de zonas que venían con mayores restricciones hídricas”. Sin embargo, en el reporte se anticipó lo que vendría en los próximos días, con condiciones húmedas que efectivamente se registraron: “Los modelos muestran buenas posibilidades de acumulados importantes, ya que se esperan cuatro días de lluvias y tormentas. Esto podría ser la respuesta a lo que el sector hoy está necesitando: obtener urgentemente el auxilio de acumulados mayores a los 50 milímetros. Pero si esto no sucede, será un punto de giro muy negativo para la producción de la región”.

 

La soja retomó el camino alcista en la Bolsa de Chicago tras las pérdidas mayores al 7% de la semana anterior. En efecto, los contratos marzo y mayo recuperaron un 4,44 y un 4,23%, tras pasar de 481,99 a 503,39 y de 481,99 a 502,39 dólares por tonelada. Para ser claros, los fundamentos de peso en el mercado de la soja no cambiaron, ni antes de las fuertes bajas del segmento anterior, ni ahora, para el repunte parcial de las cotizaciones.

La volatilidad es toda por obra y gracia de los fondos de inversión especuladores, que vienen atravesando días convulsionados en Wall Street y que tienen en el mercado de granos el bolsillo más cargado de donde extraer ganancias. Por esto, más allá de que las existencias estadounidenses de soja se encaminan a cerrar la campaña en el nivel más bajo desde el ciclo 2013/2014 y de que China continúa siendo un activo importador, con estimadores privados que consideran que sus compras 2020/2021 serán mayores que los 100 millones de toneladas previstos por el USDA, la volatilidad puede volverse un hecho más habitual que lo visto desde agosto a estos días.

La presencia de los grandes especuladores en el mercado de las materias primas agrícolas es una realidad ya validada y ellos son tan protagonistas en las bajas como en las subas. Hoy resulta difícil imaginar que los precios hubieran podido alcanzar los niveles vistos sin “el agite” que provocan estos jugadores. Por eso, más que cuestionar su existencia en las pendientes, corresponde agudizar la atención y usufructuar los movimientos que estos provocan, que en campañas como la actual vienen posibilitando la captura de valores muy elevados, afuera y en el mercado doméstico.

Eso último se logra con el diseño de estrategias comerciales que permitan fijar pisos altos –pocas veces como en esta campaña eso viene siendo posible–; que pongan a resguardo la inversión; que posibiliten una renta positiva, y que dejen abierta la puerta para incrementar las ganancias frente a eventuales nuevas subas del mercado.  

Después, más allá de que su atención esté muy diversificada, siempre habrá factores propios del mercado agrícola que podrán ser tomados por los administradores de los fondos para operar en uno o en otro sentido, con rigor o como simple excusa. Y en ese sentido, el ingreso de la cosecha de Brasil en el circuito comercial y la previsible atención de China sobre ese origen pueden generar ventas en el muy corto plazo, como lo hizo la semana anterior la noticia de un foco de fiebre porcina africana en China, aparentemente bajo control.

Durante la semana, Safras & Mercado elevó de 132,40 a 133,10 millones de toneladas la proyección sobre la cosecha 2020/2021 de soja brasileña, gracias a las lluvias que favorecieron los cultivos en las últimas semanas. “La irregularidad climática marcó esta campaña. Dentro de un mismo Estado existen microrregiones con cultivos en diferentes condiciones. Este hecho debería evitar que se alcancen nuevos récords de productividad promedio en la mayoría de los Estados. Pero a pesar de ello, en general, las condiciones de los cultivos nacionales se consideran bastante satisfactorias, con mermas más bien puntuales, pero sin grandes pérdidas productivas”, dijo el analista de la consultora, Luiz Fernando Gutierrez.

En cuanto a las exportaciones estadounidenses, el jueves, en su informe semanal –del 15 al 21 de enero–, el USDA relevó ventas de poroto de soja 2020/2021 por 466.000 toneladas, un volumen que quedó muy por debajo de las 1.817.700 toneladas del reporte anterior y del rango previsto por los privados, que fue de 800.000 a 1.400.000 toneladas. Sin embargo, ¿cómo podría calificarse el dato como bajista cuando elevó el volumen comercializado hasta los 57,83 millones de toneladas, equivalentes al 95,29% del objetivo de ventas externas previsto para toda la campaña, que concluye a fines de agosto?

Un dato para tener en cuenta, en su reporte el USDA también relevó la venta de 1.564.400 toneladas de soja estadounidense 2021/2022con las que el volumen comercializado de la próxima campaña ya habría superado los 3,5 millones de toneladas.

Lo que se viene en breve es una disputa muy fuerte por las tierras del Medio Oeste entre la soja y el maíz, donde, aparentemente, el que saldría más “lastimado” sería el trigo de primavera. Más precisiones sobre esto las tendrá el mercado durante el Foro Anual que el USDA concretará entre el 18 y el 19 de febrero.

 

MAÍZ

La semana dejó un saldo positivo para el maíz argentino disponible para el puerto de Bahía Blanca, donde las propuestas de los exportadores crecieron de 200 a 210 dólares por tonelada (de 17.274 a 18.297 pesos), seguramente por la necesidad de completar envíos en el muy corto plazo. Para la zona del Gran Rosario el valor del cereal se mantuvo estable, en 200 dólares por tonelada. En Necochea sólo hubo ofertas abiertas el martes, de 210 dólares, y el miércoles, de 205 dólares por tonelada.

Para el viernes el FAS teórico del maíz fue calculado por Agricultura en $ 17.758, mientras que para el inicio de la nueva semana comercial fue fijado en 17.930 pesos. El valor FOB del maíz en los puertos argentinos cayó de 249 a 254 dólares por tonelada, según lo publicado por Agricultura. En el Golfo de México, el FOB del cereal pasó 233,66 a 251,57 dólares por tonelada.

En el segmento de entregas diferidas a la nueva cosecha, entre marzo y abril, las propuestas de los compradores subieron de 205 a 215 dólares por tonelada para Bahía Blanca y de 200 a 205 dólares para el Gran Rosario, mientras que para Necochea retrocedieron de 205 a 200 dólares por tonelada.

El balance semanal fue alcista en el Matba Rofex, aunque quedó a mucha distancia de las mejoras registradas en Chicago. En efecto, las posiciones marzo y abril del maíz ganaron un 2,75 y un 3,97%, luego de pasar de 200 a 205,50 y de 196,30 a 204,10 dólares por tonelada.

En su informe semanal sobre carga de buques programada, la BCR indicó que entre el 27 de enero y el 1º de marzo deben salir desde el Gran Rosario 446.615 toneladas de maíz; desde Bahía Blanca, 313.190 toneladas, y desde Necochea, 27.000 toneladas.

Acerca de los cultivos, el jueves la BCBA relevó el avance de la siembra de maíz para grano comercial sobre el 97,9% de los 6,3 millones de hectáreas previstos, con un progreso semanal de 4,5 puntos y con un adelanto interanual de 0,9 puntos. “Mientras transitamos las últimas semanas de ventana de siembra en todo el país, solo restan incorporar unas 135.000 hectáreas ubicadas en su mayor proporción en las regiones NOA y NEA. Las altas temperaturas registradas desde nuestro informe previo fueron acompañadas con lluvias heterogéneas sobre el área agrícola nacional. Las zonas con mayores acumulados fueron el Núcleo Norte, el Centro-Norte de Santa Fe y el NEA”. Agregó que en Córdoba los cuadros tardíos mantienen una condición del cultivo entre normal a buena, mientras se reportan aplicaciones para controlar orugas. “En las zonas oeste de Buenos Aires-norte de La Pampa, Cuenca del Salado y en el centro de Buenos Aires los rindes proyectados de lotes tempranos se mantienen abajo de las expectativas iniciales. Hacia los Núcleos Norte y Sur los cuadros tempranos con influencia de napa mantienen buenos potenciales de rinde. En las zonas centro-norte de Santa Fe y centro-este de Entre Ríos la cosecha comenzará durante febrero”.

Por su parte, la GEA indicó el jueves que sobre la zona núcleo agrícola, en pleno llenado de granos, el estrés hídrico y térmico intensificaron las perdidas en las áreas más afectadas por la sequía. “Los lotes entre regulares y malas condiciones ascendieron a 350.000 hectáreas esta semana (25%). En el noreste bonaerense, a la perdida por plantas sin espigas o con espigas chicas ahora se agrega la de espigas sin llenar y granos más chicos. En San Antonio de Areco esperan un promedio de 50 a 60 quintales por hectárea y habrá más lotes que no lleguen a cosecha. En General Pinto los maíces para silo confirman pérdidas de rinde que oscilan del 30 al 50%. En el sudeste cordobés, como en Marcos Juárez, se espera una mayor pérdida de peso en el llenado de granos. Tras las condiciones que pasaron los maíces esta semana estiman promedios de 90 a 95 quintales. Por el otro lado, en el centro sur santafesino, como en El Trébol, Cañada Rosquín y Bigand, las últimas lluvias moderaron el impacto de la ola de calor. Las reservas de agua alcanzarán para terminar el ciclo del cultivo en los mejores lotes y se espera superar los 100 quintales por hectárea”.

 

Con ganancias que superaron el 9%, el maíz fue el producto estrella de la semana en la Bolsa de Chicago, dejando atrás las pérdidas del segmento anterior. En el balance semanal los contratos marzo y mayo del cereal sumaron un 9,29 y un 8,85%, luego de pasar de 197,04 a 215,34 y de 198,02 a 215,54 dólares por tonelada. El fundamento excluyente que hizo saltar los precios fue China, con compras que ya entraron en la historia al ubicarse como las más importantes, diarias y para una semana.

En efecto, luego de un lunes sin confirmaciones, el USDA reportó el martes ventas a China por 1.360.000 toneladas de maíz; el miércoles, por 680.000 toneladas; el jueves, por 1.700.000 toneladas, y el viernes, por 2.108.000 toneladas. Dentro de la lista de las mayores ventas diarias de maíz de los Estados Unidos, el dato del viernes quedó en el segundo lugar, sólo detrás de una compra de la Unión Soviética del 1º de septiembre de 1991 por 3,72 millones de toneladas, mientras que la operación del viernes se ubicó en el puesto número 7. En total China se quedó con 5.848.000 toneladas sobre las 6.164.400 toneladas confirmadas por el USDA entre el martes y el viernes.

Pero las confirmaciones de nuevas ventas no lo fueron todo para el análisis, dado que el jueves el USDA, en su informe semanal habitual sobre exportaciones, relevó ventas por 1.850.300 toneladas de maíz 2020/2021, por encima de las 1.437.600 toneladas del reporte anterior y del rango previsto por los privados, que fue de 900.000 a 1.600.000 toneladas. El organismo indicó que el volumen relevado resultó un 61% superior al promedio de las últimas cuatro semanas.

Si a estas ventas reportadas por el USDA al 21 de enero, que llevan el volumen comercializado de la actual campaña hasta los 48,67 millones de toneladas, se le suman las confirmaciones diarias, el total negociado asciende a 54,83 millones, equivalentes al 84,65% del objetivo planteado de manera oficial para todo el ciclo comercial, de 64,77 millones de toneladas.

En virtud del sólido interés Chino por importar maíz, la firma AgResource prevé que las importaciones chinas totales en la campaña 2020/2021 podrían ubicarse entre 25 y 27 millones de toneladas, muy por encima de los 17,50 millones previstos por el USDA en su último informe mensual. Desde la consultora se elucubró con que las ventas estadounidenses a ese destino podrían oscilar entre 18 y 20 millones de toneladas. Hasta el momento se calcula que los negocios de EE.UU. hacia China rondan los 17 millones de toneladas.

Más allá del necesario ajuste que el USDA deberá realizar en las cifras en su informe mensual del martes 9, China desplazará en la actual campaña a colosos de la importación de maíz como México, Japón, el bloque de países del Sudeste Asiático e, incluso, a la Unión Europea+Reino Unido.

Este viraje de la política de compras chinas es un hecho fuera de contexto, impensado en el inicio de la campaña gruesa en el Hemisferio Norte, cuando las importaciones de China eran estimadas en 7 millones de toneladas. Junto con la caída de la producción y de las existencias de los Estados Unidos, que en mayo proyectaba una cosecha de 406,29 millones de toneladas y que finalmente resultó de 360,25 millones, son los dos fundamentos más importantes para explicar la escalada alcista de los precios del maíz hasta el nivel más alto desde mediados de julio de 2013.

Claro, como se detalló en el espacio de la soja, el movimiento ascendente contó y cuenta con la contribución de los grandes fondos de inversión, que en tiempos de dólar barato, emisión para hacer frente a la pandemia y de procesos inflacionarios, volcaron importantes sumas de dinero en el mercado de las materias primas agrícolas. Por esto, ni siquiera el maíz, con todos sus fundamentos alcistas, está exento de padecer bajas por toma de ganancias.

Operar con criterio, tomando las precauciones necesarias y las coberturas adecuadas también es una recomendación en el mercado de maíz, con valores vigentes para la nueva cosecha argentina que están entre los más elevados que se tenga memoria en la historia reciente. Para muchos, capturar precios en los niveles actuales contribuirá a moderar e incluso compensar las mermas que el clima haya causado sobre el rinde de los cultivos.

 

TRIGO

El saldo semanal para los precios del trigo argentino fue negativo, en función de la abrupta caída del valor FOB en los puertos argentinos comunicada por el Ministerio de Agricultura, que fue de 290 a 278 dólares por tonelada. Con la influencia de ese dato, las propuestas de los exportadores retrocedieron de 230 a 223 dólares por tonelada (de 19.865 a 19.430 pesos) para el Gran Rosario; de 235 a 220 dólares para Bahía Blanca, y de 225 a 215 dólares por tonelada para Necochea.

Para el viernes el FAS teórico del trigo fue calculado por Agricultura en $ 19.797, mientras que para el inicio de la nueva semana comercial fue fijado en 19.681 pesos. El valor FOB del trigo pan en el Golfo de México pasó 289,65 a 298,70 dólares por tonelada.

La tónica bajista semanal del trigo también se reflejó en el Matba Rofex, donde los ajustes de las posiciones marzo y julio perdieron un 2,16 y un 1,93%, tras pasar de 232 a 227 y de 233,50 a 229 dólares por tonelada.

En su informe semanal sobre carga de buques programada, la BCR indicó que entre el 27 de enero y el 1º de marzo deben salir del Gran Rosario, 402.000 toneladas de trigo; desde Bahía Blanca, 85.000 toneladas, y desde Necochea, 68.379 toneladas. 

Durante la semana, el agregado agrícola del USDA en la Argentina proyectó las exportaciones de trigo en 11,30 millones de toneladas, por debajo de los 12 millones publicados por el organismo en su informe de enero, pero por encima de los 10 millones previstos por el Ministerio de Agricultura de la Nación.

 

La tónica alcista externa comprendió al trigo. Los contratos marzo y mayo en la Bolsa de Chicago terminaron la semana con subas del 4,49 y del 4,17%, al pasar de 233,14 a 243,61 y de 233,69 a 243,43 dólares por tonelada. En Kansas, las mismas posiciones ganaron un 4,03 y un 3,97%, luego de variar de 225,33 a 234,42 y de 226,71 a 235,71 dólares por tonelada. Si hay un mercado que debe darle las gracias a los fondos de inversión ese es el del trigo. A diferencia del maíz y de la soja, donde las existencias finales mundiales se encaminan a caer por cuarta y por segunda campaña consecutiva, el presente sería el segundo ciclo comercial consecutivo con stocks finales en alza. Desde los 283,16 millones de toneladas del ciclo 2018/2019 se pasó a 300,09 millones en 2019/2020, y, ahora, a 313,19 millones de toneladas, según las cifras del USDA. Pero pese a este dato, los precios del grano fino en Chicago están en lo más alto desde mayo de 2014.

Parte de las subas de la semana el trigo se las debe al maíz, con quien comparte habitación en el mercado forrajero. A menores existencias del grano grueso, más chances para la colocación del grano fino destinado al consumo animal. Y como factores propios, el estado de los cultivos de invierno estaría debajo de lo que se podría considerar como un nivel general aceptable, al tiempo que el mercado comienza a dar por hecho que en la disputa por las tierras entre la soja y el maíz el que saldrá perjudicado será el trigo de primavera.

Asimismo, todavía parte de los operadores evalúa los aranceles que Rusia comenzará a cobrar a las exportaciones de trigo el 15 de febrero como una noticia alcista, para el corto plazo y, eventualmente, para el largo plazo, si la medida le resta estímulo a la siembra de primavera y, después, al plan de siembras 2022/2023.

No obstante, otra parte de los operadores considera que la decisión del gobierno ruso de extender el cobro de aranceles de manera indefinida desde el 1º de julio hará que los productores rusos liquiden sus existencias 2020/2021 lo más rápido posible.

En ese sentido, el viernes la consultora SovEcon aumentó su pronóstico de exportaciones de trigo en 1,6 millones de toneladas, hasta los 37,90 millones. Según aclaró la firma, el aumento se debe al elevado ritmo actual de exportación antes de la entrada en vigor de los impuestos. “Las exportaciones de enero se estiman en 3,3 millones de toneladas, con un crecimiento interanual del 57%, hasta un nivel récord para dicho mes”. Además, señaló que un factor adicional es la expectativa de exportaciones más activas en los últimos meses de la temporada, frente a la introducción de un impuesto flotante a partir de julio. “Es probable que esto aumente la oferta en la temporada actual ya que los agricultores perderán el incentivo de almacenar trigo hasta la nueva temporada”. En 2019/2020 Rusia exportó 34,90 millones de toneladas y en noviembre último, antes de la decisión de gobierno ruso de imponer aranceles, SovEcon proyectaba las ventas externas 2020/2021 en 40,80 millones.

Desde Australia, el agregado agrícola del USDA estimó la producción de trigo en 31 millones de toneladas, con exportaciones por 21 millones, ambos datos arriba de los 30 y de los 20 millones previstos por el USDA.

 

Pasada la tensión que dejó el cese de la comercialización de granos por 72 horas en respuesta al cepo a las exportaciones de maíz, el Gobierno y los representantes de los productores agropecuarios volvieron a la mesa de negociación la semana pasada para encontrar una salida consensuada a la creciente presión alcista de los alimentos como producto de la suba de costos en la producción y la tensión hacia el vuelco de la cosecha a la exportación, ante los precios récord en las plazas del exterior.

En las mesas sectoriales de maíz y trigo, los ministerios de Agricultura y de Desarrollo Productivo, encabezados por Luis Basterra y Matías Kulfas, respectivamente, acercaron la posibilidad de facilitar el acceso al crédito para los pequeños y medianos productores mediante el otorgamiento de garantías totales o parciales en respaldo de créditos otorgados por entidades financieras para aquellos que demandan trigo y maíz en el mercado local, como insumos para la cría de ganado o la elaboración de alimentos.

Estos préstamos a conceder por bancos públicos y privados estarían respaldados por el Fondo de Garantías Argentino (Fogar), de manera que los productores no tengan que trasladar directamente eventuales saltos en sus costos de producción a los precios finales y puedan sortear con más espalda esos desajustes.

El corazón de la propuesta apunta a los criadores de ganado y los molinos de trigo, para atacar la suba de precios en el mostrador de la carne y el pan. Asimismo, el Gobierno viene demandando a cada sector un panorama exhaustivo sobre la demanda de granos para trabajar con los productores primarios y asegurar precios y cantidades. Por caso, la industria avícola reportó haber superado las dificultades de corto plazo, y los molinos creen poder sortear la situación a la brevedad.

Otra medida en discusión, que falta madurar, es la posibilidad de ampliar las operaciones de cobertura a través del Rofex para asegurar volumen anualmente y menores precios.

Los representantes del campo nucleados en la Mesa del Maíz y la Mesa del Trigo acercaron al Gobierno la sugerencia de crear un "fondo anticíclico alimentario" que, usando parte de los ingresos adicionales que este año recaudaría el Tesoro a raíz de la imprevista suba de los precios internacionales de las commodities, se genere un colchón que permita "desacoplar" los precios internos, como tanto pretende el Gobierno para no trasladar la suba de los precios internacionales al contexto local.

Según los cálculos de los interesados en ver prosperar esta medida, el Gobierno proyectó para este año recaudar cerca de $ 5835 millones por los derechos de exportación vigentes, pero a precios actuales esa estimación quedaría ampliamente superada y permitiría al Estado embolsar más de $ 8000 millones. El campo quiere que parte de los más de $ 2200 millones vuelvan a la actividad, aunque es de esperar que ese superávit financie parte de la demanda de insumos importados en la industria.

Como contó El Cronista una semana atrás, el Gobierno rehúye de momento a avanzar con una suba de retenciones a los granos para no tensionar una relación con el mundo agropecuario y que podría tirar por la borda una agenda de trabajo que trasciende la coyuntura. Sin embargo, la inflación en alimentos desvela a más de un funcionario, más aún tras conocerse que la canasta básica alimentaria -que mide el umbral de la indigencia- subiera más de 10 puntos por encima de la inflación del 2020.

El jueves pasado, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, participó en la reunión del gabinete económico para dar un reporte sobre el impacto de la suba de precios a nivel internacional y las articulaciones que se están realizando desde el Gobierno con la cadena agroalimentaria para que los alimentos tengan "valores que sean razonables para la población".

El formoseño, hombre del gobernador Gildo Insfrán, reconoció que "se están identificando los instrumentos para lograr un desacople de los precios", y aseguró que el Gobierno trabaja para que las acciones por instrumentar se ejecuten "con el consenso de todos los actores".

El Cronista – Ezequiel Chabay

En la evolución de la campaña agrícola 2020/21 pueden diferenciarse en dos etapas: desde la implantación de los cultivos hasta el 10 de enero y luego de esa fecha. En la primera fase reinó una fuerte preocupación entre los productores de muchas zonas, por la desfavorable evolución de los cultivos a raíz de la escasez de humedad; el 10 y 11 de enero tuvieron lugar lluvias en Buenos Aires, La Pampa y en algunas áreas de Córdoba y de Santa Fe, que se complementaron con las del último fin de semana, que, aunque acotadas e irregulares, generan una esperanza de moderada recuperación en los rindes, sobre todo para los cultivos de siembra tardía. Hay que aclarar que muchos agricultores resaltan que faltó una lluvia importante de 100-150mm en diciembre de 2020, que hubiera dado seguridad agronómica y económica a los planteos.

También hay que considerar que los pronósticos siguen indicando que el fenómeno La Niña está instalado y que es altamente probable que recién se diluya en la transición hacia el otoño. Resultado: seguirán las lluvias acotadas en las próximas semanas.

Al trazar un panorama nacional, se ve que prevalecen las zonas con problemas sobre las que tendrán buenos resultados. Las peores condiciones se observan en Santa Fe, Córdoba, norte de Buenos Aires y Entre Ríos, en tanto que hay mejoras relativas en el sur, centro y oeste de Buenos Aires, y en La Pampa.

Una mirada sobre la evolución de los cultivos en la zona núcleo permite advertir que las lluvias llegaron tarde para los maíces tempranos y se prevén sensibles mermas de rendimiento en más de la mitad de los lotes. También se observa que las sojas de primera, luego de un avance a los tirones durante octubre, noviembre y diciembre, reavivan las esperanzas de recuperación a partir de las precitaciones del 10, 11, 16 y 17 de enero y si sigue lloviendo en las próximas semanas, sobre todo al llegar a las etapas R3 y R4 (vainas completamente desarrolladas).

La soja y el maíz de segunda habían arrancado con el tanque vacío al momento de siembra, pero tienen mejores perspectivas a partir de las recientes lluvias, aunque todavía queda mucho por recorrer porque los perfiles sólo tienen humedad superficial, que se consume rápidamente, y que exige una rápida reposición.

Una de las zonas más castigadas es el norte de Buenos Aires. Por ejemplo, en el partido de Pergamino llovieron solo 150-200 milímetros desde abril hasta octubre de 2020; en noviembre y diciembre los registros siguieron siendo bajos y desparejos.

Esa realidad determinó una escasa provisión de agua durante el barbecho y que los cultivos contaran con solo 50% de agua útil al momento de siembra versus el 90-100% habitual en años anteriores. "Arrancamos sin reservas y después hubo lluvias insuficientes para el maíz y la soja en 2020, que recuerdan la figura del mendigo que pide en la puerta de la iglesia y se alimenta con las limosnas que consigue día a día", gráfica el consultor Julio Lieutier.

Maíz castigado

En ese contexto, el maíz temprano resultó el cultivo más castigado. "En la ruta 8, de Pergamino a San Antonio de Areco, hay muchos lotes con plantas raquíticas, que sufrieron problemas durante la polinización, que se traducen en mala granazón de las espigas", observa el técnico. Las lluvias del 10-11 de enero y posteriores llegaron tarde para estos maíces de primera y se admiten pérdidas de rinde del 15-20% o más de acuerdo a la calidad de suelo, densidad de siembra, etc.

Los maíces de segunda también arrancaron con la luz de alerta encendida en el tablero. Su evolución está atada, inexorablemente, a la magnitud de las lluvias de febrero, momento en que se define su rendimiento. Si los registros se normalizaran, se podría conservar la esperanza de alcanzar rindes cercanos a los históricos, según Lieutier.

Las sojas tempranas sembradas en octubre llegaron a la floración con sólo 30 centímetros de altura. Además, sufrieron varios ataques de isoca bolillera, que costó controlar porque la eficiencia de las aplicaciones fue baja, al realizarse en condiciones de muy altas temperaturas y baja humedad relativa. También fueron objeto de ataques de trips y arañuela, que no fueron barridos por las lluvias; exigen tratamientos químicos si hay muchos focos, porque el escaso desarrollo de las plantas no ejerce competencia eficaz con estas plagas.

Sin embargo, "el mal estado no es definitivo y podría revertirse si lloviera bien en febrero, o también podía seguir la condición del mendigo si persiste sin cambios el evento La Niña", condiciona el asesor.

Las sojas de segunda arrancaron con pocas reservas hídricas. Recibieron un chaparrón en noviembre y luego nada hasta las lluvias de mediados de enero. El desarrollo de la canopia es escaso y sufrieron ataques de Rhizoctonia y de barrenador. "Les faltan los 100 mm en diciembre de otros años, que recargan el perfil luego del consumo del trigo, y aseguran una buena evolución durante el ciclo vegetativo", razona Lieutier.

En la zona de Rosario venían con una sequía importante durante el invierno y la primavera, pero llovieron 60mm el 10 de enero y hubo buenos registros el último fin de semana. "El maíz de primera se veía muy flojo y las lluvias de enero sólo podrán mejorar el peso de los granos, pero no su úmero", afirma el productor Luis San Román, al recorrer sus cultivos con espigas en grano lechoso-pastoso.

"Con plantas de poca altura y espigas que no cuajaron el 100% de los granos, el rendimiento esperable es muy dudoso; el histórico de la zona son 100qq/ha, pero este año viene complicado y podría caer a 60-70qq/ha", conjetura el empresario.

Los cultivos de segunda tienen mejores perspectivas: "las lluvias de los últimos días le darán un empuje importante", se esperanza.

"Las sojas de primera estaban aguantando la seca; con los 60mm de enero pueden recuperarse, sobre todo si sigue lloviendo en las próximas semanas", agrega.

"Hay que defenderlas de las malezas resistentes a glifosato; no siempre se pueden erradicar, pero hay que aprender a convivir con ellas manteniéndolas en niveles tolerables", aconseja.

San Román nota que cada lluvia de este mes se absorbe inmediatamente en el suelo sediento. Se sabe: el perfil arrancó la campaña sin agua almacenada, algún chaparrón permitió sembrar, "pero los cultivos avanzan a los empujones, con cada golpe de agua", resume.

En Rufino, las lluvias de diciembre-enero fueran escasas y la soja de primera lo reflejaba por la pérdida de urgencia de las hojas y entrenudos cortos, con previsibles dificultades durante la cosecha. Ocurre que, en verano, la evapotranspiración consume por lo menos 4mm por día y una lluvia de 20mm sólo alcanza para cubrir las demandas hídricas de una semana. Por esa razón, se necesitan registros importantes en las próximas semanas, principalmente al llegar a los estados reproductivos. En definitiva, una campaña con final abierto.

La excepción del sur bonaerense

En términos generales, en el sur bonaerense los cultivos se desarrollaron muy bien. "En Tres Arroyos, los maíces y los girasoles están espectaculares porque recibieron suficiente agua durante el ciclo", afirma el consultor Benjamín Banks.

"La implantación fue muy buena, porque partió de un perfil cargado; luego hubo un corto período sin precipitaciones, tras lo cual llovió regularmente hasta ahora, aunque con el manchoneo propio de las tormentas de verano", rememora.

Los girasoles están terminando la floración con temperaturas favorables para el llenado de granos y Banks espera rendimientos equivalentes al promedio histórico o 10-15% por encima. En los lotes más profundos del sur bonaerense -Cascallares, Belloc, por ejemplo- se pueden esperar 2500-3000kg/ha, mientras que en los más someros -de Tres Arroyos a González Chávez y San Cayetano- pueden llegar a 1500kg/ha.

Los maíces también muestran buen desarrollo, con perspectivas de rindes altos. El área sembrada en la zona fue similar a la del año pasado, aunque la soja cedió terreno al girasol y al maíz por su menor precio al momento de siembra y por rindes más erráticos en la zona. Los productores han ido vendiendo parte de la cosecha esperada para asegurar precios y eludir el riesgo de aumento de retenciones.

Campo – La Nación – Carlos Marín Moren

La cotización internacional de la soja inicia la semana por debajo de los u$s500: el viernes en una jornada para el olvido, perdió más de 4% y cerró en torno a los u$s480 por tonelada. Las lluvias que se esperan en Latinoamérica en los próximos días, que beneficiarán al cultivo, sumado a un posible rebrote de fiebre porcina en el ganado del gigante le pusieron freno al vertiginoso rally alcista. De todas formas, la cotización de la oleaginosa se mantiene 50% por encima de lo que valía un año atrás y por eso los analistas adelantan que de mantenerse los actuales valores el ingreso por exportaciones sumaria u$s7.000 millones adicionales.

Lo que se espera de ahora en más en el mercado internacional de los commodities agrícolas es extrema volatilidad y así lo explican desde la corredora Granar: “Más allá de considerar si las bajas del viernes fueron o no una sobreactuación del mercado, ejecutada por los fondos de inversión, hay que poner bajo consideración que, aunque retrasada, la cosecha de soja de Brasil ya está en marcha y que su entrada en el circuito comercial presionará sobre los precios, sobre todo si, como ocurrió el viernes, el real retoma la senda de la devaluación frente al dólar, que hará más competitiva la venta del grano brasileño y que alentará a los productores a desprenderse de la mercadería. El seguimiento sobre lo que suceda en China con el brote de fiebre porcina será necesario para alejar fantasmas o para plantear una nueva etapa en el mercado. Sin duda, los especuladores estarán muy atentos a cualquier factor que ponga en riesgo las acreencias que todavía tienen adentro del mercado. Por eso, ahora atravesamos un tiempo para seguir de cerca los acontecimientos, pero, sobre todo, para tomar decisiones, cuando aún los precios vigentes para los granos argentinos de la nueva campaña resultan muy superiores a los previstos pocos meses atrás”. (Reporte completo, aquí)

La recomendación entonces para los productores locales es aprovechar las actuales cotizaciones internacionales y recurrir al mercado de futuros y las coberturas a precio que se ofrecen. Otra alternativa, quizás menos factible por la idiosincrasia local será la de adelantar ventas a precio tal como está sucediendo en Brasil.

En este marco, desde Ecolatina remarcan los sólidos valores que muestra el mercado de futuros que incluso están por arriba de los máximos conseguidos en diciembre pasado. Es por ello que sus proyecciones indican que “aunque al momento hay incertidumbre sobre la magnitud de la actual cosecha, si las lluvias siguieran siendo favorables, el incremento rondaría los u$s7.000 millones (70% de ellos gracias al complejo sojero y 30% al trigo y el maíz) comparado con el ingreso que hubiera habido de mantenerse los precios del primer semestre del año pasado”, detalla un informe elaborado por la consultora.

En cuanto a las posibilidades que puede tener el Gobierno gracias al ingreso de divisas extraordinario la consultora plantea: “Este flujo adicional de divisas aliviaría las tensiones en el mercado cambiario, permitiendo fortalecer las Reservas netas del Banco Central o apreciar el tipo de cambio real, o una combinación de ambas. Un avance de la liquidación de divisas podría despejar expectativas devaluatorias, a la vez que serviría para afrontar el pago de deuda externa sin mayores tensiones (pese a que los vencimientos de títulos en moneda dura son muy acotados en 2021, el Tesoro podría aprovechar la disponibilidad de divisas para cancelar pasivos con el Club de París). Alternativamente, podría ser una oportunidad para disminuir las restricciones a la compra de dólares. En particular, las dificultades que hoy tienen los importadores para acceder a los dólares golpean la actividad económica y podrían suspenderse con un mayor influjo de divisas. Un desafío en este sentido será que las ventas al exterior efectivamente se concreten: la elevada brecha cambiaria y las tasas de interés en pesos por debajo de la expectativa de inflación/devaluación son claros incentivos para posponer/minimizar exportaciones (que deben liquidarse rápidamente en el oficial)”.

Como punto positivo extra se suma una mayor recaudación por retenciones y desde Ecolatina concluyen: “ La ganancia externa también contribuye a una mejoría fiscal. Esta suba podría ubicarse por arriba de los ARS 180.000 M (0,4% del PBI, un 31% de los ingresos por retenciones del 2020)”.

Ámbito Financiero – Yanina Otero

 
 
 

Luego de haber mantenido una reunión con el presidente Alberto Fernández hace más de un año, en la Mesa de Enlace hay integrantes que creen que es momento de explorar un nuevo encuentro con el jefe de Estado para abordar la realidad del sector en medio de voces del oficialismo que piden "desacoplar" los precios de los alimentos de los valores internacionales de los granos. Este camino de un diálogo con el mandatario se cruza con otro: en la agrupación están en alerta para evitar que la intervención que ya hubo con el cierre de exportaciones de maíz se extienda a otros productos, como la carne y el trigo. Fernández dialogó con la Mesa de Enlace cuando era candidato y después lo hizo el 23 de diciembre de 2019 tras ya como mandatario subir ese mes las retenciones a la soja, el trigo y el maíz.

Después de esa oportunidad, no hubo más contacto del Presidente con la Mesa de Enlace como tal. Fernández solo tuvo una conversación telefónica con Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, en medio del conflicto por el intento para expropiar la cerealera Vicentin y se cruzó con Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), en medio de diversas charlas y actos con empresarios de otros rubros.

Cuando el Gobierno el 30 de diciembre pasado le puso un cepo a las exportaciones de maíz con la excusa de asegurar el abastecimiento interno para algunos eslabones de la cadena, la SRA, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria Argentina (FAA) respondieron con un paro de comercialización entre el 11 y el 13 del actual. No se adhirió Coninagro, que también integra la Mesa de Enlace.

El Gobierno levantó ese cepo reemplazándolo por un monitoreo sobre las exportaciones y se puso a negociar con una Mesa Sectorial sobre Maíz. Ofreció crear un fideicomiso con el fin de desacoplar los precios locales con parte de lo que se recauda por retenciones. Hasta ahora ese fideicomiso está en discusión, resistido por los productores, mientras se buscan mecanismos de cobertura o financiamiento para los compradores internos.

"Estamos viendo si puede existir una reunión con el presidente de la Nación o que Luis Basterra (ministro de Agricultura) llame a la Mesa de Enlace porque hay temas en discusión específicos de la producción", explicaron fuentes de la agrupación donde confluyen las entidades.

En la Mesa de Enlace aclaran sobre un eventual pedido de reunión a Fernández: "No hay nada definido dentro de la Mesa de Enlace, son charlas, comentarios".

"Queremos nos escuchen, todavía no hemos pedido formalmente una reunión pero no quita la pidamos", precisó.

En el ruralismo siguen de cerca los movimientos del Gobierno, sobre todo tras la intervención en el maíz y las palabras en diciembre pasado de la vicepresidenta Cristina Kirchner haciendo mención a alinear los precios de los alimentos.

"Dieron marcha atrás con el maíz, pero estamos atentos por la carne y el trigo", dijeron en la Mesa de Enlace, donde no descartan "reaccionar de nuevo" si hay intervenciones sobre esos productos.

Los dirigentes del agro saben de la presión de la Secretaría de Comercio sobre distintos sectores para evitar una tendencia alcista en los precios. En 2020, la canasta básica alimentaria aumentó 45,5%, casi 10 puntos arriba de la inflación.

El jueves pasado, funcionarios de los Ministerios de Agricultura, Economía y Desarrollo Productivo se reunieron con la Mesa del Maíz. Allí se habló de herramientas de financiamiento para el mercado interno.

Tras ese encuentro, la Mesa del Maíz mantuvo una reunión interna el viernes último. En un acta destacó que "dentro de las cadenas que integran la Mesa hay un consenso unánime respecto que no está en riesgo el abastecimiento de maíz en el mercado doméstico. El volumen de la cosecha es suficiente para cubrir la demanda interna y cumplir compromisos de exportación".

También apuntó que se avanzó en el desarrollo de herramientas de cobertura en el mercado de futuros "que facilitarán el acceso a la oferta a la demanda del mercado doméstico, tratando de igualar la capacidad de compra de todos los demandantes de maíz".

Según la Mesa del Maíz, se está hablando con el Gobierno para buscar instrumentos que faciliten la operatoria en los mercados de futuros.

"La propuesta de fideicomiso recibida por parte del gobierno, continúa bajo análisis debido a la complejidad que implica la cantidad de sectores involucrados, el armado, financiamiento, administración y distribución de los fondos", agregó la Mesa del Maíz.

La Nación - Fernando Bertello

 
 
 

 

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